NUESTRO PRIMER PARTO

 

Decidimos hacer criar a Ona, para ello hablamos bastantes veces con el veterinario para pedirle consejo y ver que la perra era apta para criar (talvez hubiera alguna anomalía de la que nosotros no nos hubiéramos dado cuenta). Cuando vimos que se acercaba la fecha en que era bastante probable que se pusiera en celo, la desparasitamos y le pusimos las vacunas que le correspondían. Solo hacia falta esperar a que se pusiera en celo y como ya le teníamos el ojo echado al futuro padre de nuestros cachorrines…

 

Las montas fueron  bien, contando que para Ona era la primera vez. Un poco nerviosa el primer día, pero el segundo aceptó al macho con normalidad.
Pasaron los días y tal como nos explicó el veterinario hasta las últimas 2 semanas no parecía que estuviera preñada. Es curioso ver como casi por momentos se va poniendo “enorme”y en la última semana más aún.

 

Respecto a cuidados especiales, pues a parte de aumentar la frecuencia de las comidas y la cantidad (vuelvo a repetir lo de en las últimas 2 semanas), estaba el no dar unas caminatas  excesivamente largas (eso en las 2 ultimas semanas, claro) volvimos a llevarla al veterinario para que le echara un vistazo y como todo iba bien solo hacia falta esperar a ver el nacimiento de los cachorrillos. Desde luego por preguntar cosas al veterinario no nos quedamos cortos. Eso pensaba yo.

Vamos, yo creo que el veterinario debía pensar “buenoooooooo, a esta mujer no se le acaban las preguntas?”. En fin, que llegó la noche esperada y sí, se me olvidó preguntar una cosa: ¿las perras “rompen aguas”?.

 

En la cafetería donde estamos, tenemos al lado un almacén y allí le preparamos con bastantes días de antelación, una “habitación”  para cuando llegara el momento.
Nosotros tenemos ahí una pequeña cama, y decidimos que era mejor en el almacén que en casa, ya que de esta manera podríamos controlarla durante el día y así no estaría tanto tiempo sola con los cachorros, y por la noche me quedaría yo a dormir con ellos.

 

El día anterior al parto Ona no comió, tapó la comida con los papeles de periódico que teníamos por el suelo (desde hacia unos días que lo teníamos todo preparado por si acaso) y estaba algo nerviosa. También se miraba bastante la parte de atrás (de momento lo que nos dijo el veterinario se iba cumpliendo). Me quedé con ella en el almacén a dormir. Al día siguiente, se cumplían los 62 días desde la monta. Tampoco comió, solo las bolas que yo le fui dando, y estaba algo más nerviosa que el día anterior. Cuando entraba a ver que tal iba la cosa me seguía a todas partes y a pasear la sacaba lo justillo “no fuera a ser que pariéramos por el camino”.
El que ciertamente no sabia que pasaba era Draco, que de ir siempre juntos se pasó a pasearlos por separado, aunque salió ganando pues sus paseos eran mas largos y supongo que la olor de Ona cambió de alguna manera y a Draco parecía ponerlo algo nervioso. Lo llevamos al piso para que Ona estuviera tranquila y se preocupara solo de lo que se le avecinaba...
 Bien, pues más o menos a las 8 de la noche Ona se hizo un pipi enorme en el almacén. Y fue cuando pensé que no pregunté si las perras rompen aguas!!. Una llamada telefónica al veterinario me aclaró este punto y así además  le puse en sobre aviso por cualquier cosa que pudiera pasar.

 

El primer cachorro no nació hasta pasada la 1 de la madrugada. Yo estaba ya casi durmiéndome pues el horario de la cafetería es muy largo y a las 6 y media de la mañana estamos en pie… Ona insistía en venirse a dormir conmigo y yo le decía que “aunque el veterinario ha dicho que parirás donde tu quieras tampoco hay que pasarse y no vas a parir entre mis piernas”. Fue justo hacerla bajar de la cama cuando medio dormida como yo estaba ví que le colgaba una bolsa negra y grande. ME DESPEJÉ AL MOMENTO!!

 

Rápidamente la ayudé y me sorprendí mucho al ver que estaba todo muy frío. Cuando entre las dos sacamos al cachorro de la bolsa casi rompo a llorar pues a parte de frío, no daba señales de vida. Le pasé la mano por la carita sobre todo por la nariz, mientras que Ona hacia limpieza y empezó a respirar.  Casi no se puede explicar con palabras…Pensar que parecía muerto y cómo se reanima...
 Ver como en su primera vez, una perra sabe que es lo que ha de hacer, ver como coge el cachorro y se mete las patas en la boca y empieza a morder y “rebañar” y tu piensas ¿pero como puede saber lo que son las patitas y lo que es el cordón? Increíble.

 

Mi hijo menor quiso asistir al parto. Y el dormía en una hamaca que al final se convirtió en la camilla de partos, Ona se salió casi con la suya  y  parió donde le pareció bien (ya que en la cama no pudo). Aunque después del 3er perro ya conseguimos ponerla en el sitio que habíamos destinado para ella.

 

Después del primero, el 2º tardó algo más de una hora y los siguientes fueron naciendo a lo largo de la madrugada hasta las 9 que nació el 5º.La sorpresa fue al volver de pasear con Draco a la tarde y hacer recuento y ver que habían 6 . Aunque más sorprendente fue, ver que todos eran machos.

 

De los 6 solo sobrevivieron 4. Una de las cosas que el veterinario y más de un entendido en la materia me habían recalcado montón de veces era que no siempre sobreviven todos. Y en un 1er parto es más habitual.
Ahora puedo decir que en el éxito influyen muchas cosas: experiencia de la perra, herencia, infecciones, alimentación… pero también es importante la experiencia que el dueño pueda tener ( o la falta de ella)y el carácter de la perra (si es tranquila o nerviosa…)
El 1er cachorro que murió fue casi totalmente culpa mía. Se metió entre la manta y cuando me di cuenta de que faltaba uno al encontrarlo lo puse rápido junto a la madre para que mamara, pero mi fallo fue el no insistir y asegurarme de que comía. Con el tiempo me enteré de que los cachorros por si solos no regulan su temperatura corporal, y si se enfrían hay que conseguir que vuelvan a tener su temperatura. Así que primero tenía que haber "calentado" al cachorro y después hacer que mamara...
 Aquí fue el primer error y grande, ya que por culpa de este fallo no perdimos uno, sino dos.
Ona empezó a ponerse muy nerviosa por los quejidos del cachorro. Supongo que se sentía impotente y quería ponerse a toda costa encima del cachorro para amamantarlo, entraba y salía y pisaba sin querer a los cachorros. Por momentos la situación se hizo angustiosa y tras hablar con el veterinario le retiramos el cachorro el cual estaba seguramente pisado y aunque tratamos de darle de comer Ona lo oía quejarse y lo buscaba (otro fallo). El cachorro murió, pero en sus entradas y salidas Ona pisó más de la cuenta a otro cachorro que tampoco sobrevivió.
Después de esto conseguimos tranquilizarla y con paciencia y mucho cariño por nuestra parte los demás cachorros salieron adelante sin más incidencias. Si que debo mencionar que Ona sufrió una pequeña mastitis en una de sus mamas cuando los cachorros aún no tenían el mes. Gracias a que nos dimos cuenta muy rápidamente la cosa no fue grave. Lo que si fue muy difícil fue evitar que los cachorros mamaran. El veterinario le puso una inyección a Ona para que dejara de producir leche pues dijo que la mejor solución era que dejara de amamantar radicalmente. Pero teniendo la madre he hijos juntos es súper difícil. Le pusimos incluso una camiseta por delante y otra por detrás bien atadas y tendríais que haber visto la maña que tenían los pequeños para meterse por entre las mangas e incluso romper las camisetas…
Pero bueno todo fue bien y se le pasó y ya no tenia dura la mama afectada. Y eso que siguió dandoles de mamar

 

Mis mas buenos recuerdos para Conan, Black, Nuk y Morrut.

2002
 

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